EL ORIGEN DE LA EXPRESIÓN “¡EUREKA!”
Para conocer el origen de esta expresión griega, que ha sido traducido en español por ¡Lo encontré!, tenemos que desplazarnos en la historia hasta la época del rey Hierón II de Siracusa en torno al siglo III a.C.
Antes de proceder a explicar la situación óptima que dio vida a dicha expresión tan conocida, voy a hacer una breve biografía de ambos protagonistas de esta historia: Hierón II de Siracusa y Arquímedes.
Hierón II (306-215 a. C) fue un tirano de Siracusa que gobernó desde el 265 a.C hasta su muerte. Era hijo ilegítimo del noble Hierocles y descendiente de Gelón, tirano siracusano del siglo V a.C. En torno a su figura se habla sobre una leyenda que narra que de pequeño su padre Hierocles no quería reconocerle, pero un presagio le indujo a creer que el neonato iba a tener un glorioso futuro y por ello Hierocles no lo abandonó.
Combatió al lado de Pirro de Epiro durante la expedición a Sicilia de éste y se distinguió como un valeroso guerrero. Cuando el rey del Epiro dejó Siracusa, Hierón fue nombrado general junto a Artemidoro. Tras la marcha de Pirro, rey del Epiro, de Sicilia en el 276 a.C, los siracusanos nombraron a Hierón comandante de sus tropas. Afirmó su posición con su matrimonio con Filistes, hija de Leptines, el ciudadano más poderoso de Siracusa.

Para consolidar su ciudad, Siracusa, atacada en muchas ocasiones por los mamertinos, decidió librarse de estos mercenarios para lo cual reconstituyo un ejército de siracusanos, con el que atacó a los mamertinos y los derroto. Hierón mandó tropas en ayuda de los romanos que asediaban Rhegium y en poco tiempo conquistó Milas y Alaesa y se alió con Tíndaris, Abacaenum y Tauromenio. Tras estas victorias Hierón volvió a Siracusa ante el hostigamiento de los cartagineses y fue acogido en Siracusa como un héroe y fue nombrado tirano de la ciudad, con el nombre de Hierón II.
La ciudad de Siracusa bajo el gobierno tiránico de Hierón vivió un período muy floreciente, dotada con grandes obras públicas, como escuelas, templos y altares públicos. Al mismo tiempo, Hierón mantuvo alta la guardia encargando a Arquímedes la maquinaria para contrarrestar eventuales guerras.
En cuanto a Arquímedes de Siracusa, también nació en Si

racusa (Sicilia) al igual que Hierón (287212 a.C). Fue un físico, ingeniero, inventor, astrónomo y matemático griego, sin embargo de su vida se conocen pocos detalles y, es considerado como uno de los científicos más importantes de la Antigüedad clásica. Y es precisamente en esta faceta científica es la que le permitió dar vida a esa expresión griega ¡Eureka¡.
Ahora sí vamos a contar la historia que se halla tras esta expresión: En el siglo III a.C, el rey Hierón II gobernaba Siracusa, pero era un rey tan ostentoso que le pidió a un orfebre que le crease una hermosa corona de oro, para lo cual le dio un lingote de oro puro. Cuando el orfebre termino el trabajo que le había encargado el rey, le entregó al rey su tan ansiada corona. No contento con ello, pronto empezaron a surgir dudas en su cabeza en torno a si el orfebre le habría engañado sustituyendo el oro que le había proporcionado por otros materiales.A pesar de que la corona pesaba lo mismo que un lingote de oro, el rey Hierón quiso salir de dudas y para ello llamo a Arquímedes, que vivía en aquel entonces en Siracusa, creyendo que sería la persona adecuada para abordar dicho problema.
Arquímedes tuvo claro desde el principio que tenía que calcular la densidad de la corona para averiguar así si se trataba de oro puro o si contenía también algo de plata. La corona pesaba lo mismo que un lingote de oro, pero conocer el volumen era una ardua tarea.

El rey Hierón II estaba contento con la corona, y al no querer fundirla si no había una evidencia clara de que el orfebre le había engañado, por lo que Arquímedes no podía moldearlo de forma que facilitara el cálculo de su volumen.
Arquímedes, un día, mientras tomaba un baño en una tina, se percató de que el agua subía cuando él se sumergía, llegando a la conclusión de que la cantidad de agua desplazada fuera de la tina equivalía a su volumen. Es por ello que si sumergía la corona del rey en agua, y medía la cantidad de agua desplazado, podría conocer su volumen.
Sin pensar siquiera en vestirse, Arquímedes salió corriendo desnudo por las calles emocionado por su descubrimiento, gritando “¡Eureka! ¡Eureka!”, que traducido al español significa “¡Lo he encontrado!”. Sabiendo el volumen y el peso, Arquímedes podría determinar la densidad del material que componía la corona: si la densidad era menor que la del oro, se habrían añadido materiales de peor calidad (menos densos que el oro), de modo que el orfebre habría intentado engañar al rey.Teniendo esto como base, tomó una pieza de plata del mismo peso que la corona, y otra de oro del mismo peso que la corona, llenó una vasija de agua hasta el tope, introdujo la pieza de plata y midió la cantidad de agua derramada. Hizo lo propio con la pieza de oro, para determinar qué volumen equivalía a la plata y qué volumen equivalía el oro, así como también con la corona. El volumen de agua que desplazó la corona se situó a caballo entre el volumen de la plata y del oro. Ajustando los cálculos pudo d

eterminar de forma exacta la cantidad de plata y oro que tenía la corona, demostrando de esta manera ante el rey Hierón II que el orfebre sí que le había intentado engañar.
Esta historia no aparece registrada en ninguno de los libros del propio Arquímedes que han llegado hasta nuestros días, sino que aparece por primera vez en “De architectura”, un libro de Vitruvio escrito dos siglos después de la muerte de Arquímedes. Esto durante años ha hecho sospechar de la veracidad de los hechos, tomándose generalmente más como una leyenda popular que como un hecho histórico. Aunque esta no fuera la historia real, Arquímedes dejó documentos escritos en los que describía a la perfección el principio que lleva su nombre.